Sinopsis de LA GATA QUE INVENTÓ LOS TEJADOS
“Porque en mis jugadas soy quien peor juega:
alguien que no acepta la realidad y no acierta a quitarse la
venda de sus tristes ojos
porque en mis borracheras vomito diferido para que a nadie se
le quede la vista de mi patético directo”.
Izo velas de madrugada y acabo por hundir mi barco en una copa al amanecer, digamos que me he ido por la dirección equivocada de la vida y por eso voy siempre tan despeinada.
En La gata que inventó los tejados queda reflejada la memoria de los ojos pintados de aquellos poetas que murieron por la causa de la belleza, sin tan siquiera saber leer ni escribir.